El coche de Concha y Cia. desaparece durante unas horas antes de empezar la excursión a la garganta verde. Unos dicen que los vieron dando la vuelta al embalse circulando por dirección contraria. Otros dicen que les vieron tomando cañas en Cuenca el mismo día y a la misma hora que debían estar en la garganta. El caso es que el resto de la gente enloquecida, como poseida por el mismisimo Lucifer, empezaron a entrar en trance. Prueba de ello es el siguiente video.
Los fenómenos extraños siguieron repitiéndose. Buscando siempre una explicación a lo ocurrido preguntamos a una lugareña pero nos contestó en un dialecto dificilmente entendible.
Ante tamaño despropósito la muy juiciosa Concha decidió volverse lo antes posible y con un "ahí os quedais que en mi casa no hay gente tan rara". Cogió el petate y se nos vino de vuelta. Momento que refleja la siguiente fotografía.
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